El fin justifica los medios.

Manuel Bagnara Vivanco

Gerente General

ARMASUR A.G.

Hoy se encuentra en discusión en la Comisión de Obras Públicas y Telecomunicaciones de la Cámara de Diputados, el Mensaje N°156-369 que modifica la Ley de Fomento y Ley de Navegación para potenciar la competencia en el mercado del cabotaje chileno.

Este proyecto de ley nunca fue discutido con los afectados.

Para comprender la importancia de esta situación, me gustaría explicarles que el cabotaje (transportar carga a través del mar, ríos y lagos dentro de una nación), está reservado para los barcos y tripulaciones de ese país. Por ejemplo en EE.UU, los barcos de carga que navegan allá deben ser estadounidenses, y es así en el 80% de los países ribereños. Lo que se busca con esta medida, es fomentar un sector estratégico de un país. En nuestra zona sur austral, que va desde Puerto Montt al sur, donde la carretera terrestre se convierte en mar, y las razones comerciales y económicas pasan a segundo plano frente a la geopolítica y la integración territorial, esta es la medida correcta para fortalecer la actividad de la marina mercante.

El proyecto de ley de apertura de cabotaje, busca que barcos de comercio exterior que lleguen a Chile con importaciones, se queden haciendo cabotaje en nuestro país, aprovechando el espacio ocioso que queda al entregar carga en un puerto, espacio que pueden rematar a muy bajo costo, y lo más importante es que las leyes laborales y tributarías que se les aplicaría a estas empresas es la de la bandera que trae el barco, un escenario complejo porque por lo general dichas naves vienen con banderas de conveniencia donde “no existe un vínculo real o auténtico entre el propietario y el pabellón del buque”, y existen porque tienen costos operacionales y tributarios más bajos que la bandera de Chile.

Como ARMASUR, hemos explicado en la Comisión de la Cámara de Diputados, los argumentos que sustentan nuestra postura de que este proyecto de apertura de cabotaje como está, desconoce la realidad de nuestra zona sur austral, y aprobarlo así es cometer un grave error. A modo de ejemplo, sería abrir la puerta para que se instalara en Puerto Montt una constructora china, con leyes laborales, tributarias y trabajadores de ese país y compita con una constructora de nuestro país.

El espíritu inicial de una ley no es necesariamente, lo que requieren de verdad las distintas zonas de Chile para su crecimiento. Apoyemos la competitividad, pero por una que considere y respete nuestra esencia de territorio y comunidad que vive para el mar, por el mar y con el mar.