Juntos y en equipo.
Manuel Bagnara Vivanco
Gerente General
ARMASUR A.G.
El mar es un ecosistema. Los actores del borde costero y quienes viven y trabajan en el mar y para el mar, integran el ecosistema.
Esta oración abarca un escenario complejo. Porque es más fácil decir que integro el ecosistema, que practicarlo a la hora de participar en acciones concretas que evidencien no sólo mi convicción de que soy parte del hábitat, sino que muestren los esfuerzos que hago para que esto sea un hecho.
La zona sur austral que comienza en Puerto Montt y se extiende hasta la Región de Magallanes, tiene al mar como principal carretera. Un océano que necesita de todos para sobrevivir los embates de fenómenos que han llegado para quedarse: marea roja, cambio climático son dos ejemplos. Pero también de respetar la naturaleza de los ciclos como las vedas; navegación sin contaminar el agua; turismo y viajes sin lanzar plásticos y colillas de cigarros; no verter residuos sólidos y riles; evaluar el impacto ambiental, social y cultural que significan obras e infraestructura; convivir con las especies marinas resguardando su existencia y rol.
Es cierto, a veces colocarse de acuerdo entre las partes de este ecosistema, plantea el desafío de que la empatía y la asertividad, sean el combustible que nos mueva para salir del papel de espectador de los procesos que involucran al mar y siendo parte del ecosistema, hacerme cargo de la responsabilidad que me cabe en este proceso. Pero es posible. Nuestro mar lo merece y cada uno de nosotros que vivimos y trabajamos aquí también.
Quiero invitarte a si puedes, te sientes frente al mar hoy. Cierra los ojos y conéctate con él. Sentirás tranquilidad. Eso es un regalo de la armonía que transmiten sus olas. Mira el horizonte. Deleítate con el paisaje que nos entrega el océano. Ese mundo mejor que buscas tiene a esta gran piscina natural como protagonista, porque tú eres parte del ecosistema del cual él también es partícipe. Estudiante, trabajador, emprendedor, empresario, gremio, autoridad pública, pescadores artesanales, pueblos originarios, adultos jóvenes y adultos mayores, niños y niñas; profesores. Todos podemos cuidar juntos nuestro mar. Durante los 365 días del año.
Vivamos el orgullo de nuestra identidad marítima y trabajemos en equipo para tener a este pulmón del mundo por muchos, pero muchos años más, sin agonizar.
