Similitudes entre Japón y el sur de Chile.
Héctor Henríquez Negrón
Presidente ARMASUR A.G.
Y Multigremial Región de Los Lagos.
Japón tiene 6800 islas, de las cuales sólo 400 están deshabitadas. En Chile, desde el paralelo 41º al sur, hay más de 5000 islas e islotes. Tanto en Japón como en Chile, el cabotaje marítimo se encuentra reservado solamente para naves que enarbolen el pabellón nacional; que sus dotaciones sean 100% nacionales y que el capital social sea mayoritariamente nacional. En Japón, el 100%; en Chile, el 51%.
En el 80% de los países que tienen acceso al mar, existen regulaciones y restricciones para que la bandera, la propiedad y las dotaciones sean nacionales. Sólo cambian los porcentajes.
Esto que es común en el mundo, parece ser algo que cada cierto tiempo se les olvida a nuestros gobernantes y surge el deseo de modificarlo. Los argumentos son teóricos, basados en un análisis exclusivamente numérico con un desconocimiento de la realidad regional y del rol estratégico, geopolítico, de soberanía e integración territorial que se protege tanto en Japón, como en nuestro Sur Austral.
Estas consideraciones están muy por sobre estimulaciones exclusivas de comercio marítimo y teoría económica, que por cierto no son posibles de captar en una oficina en Santiago. No se contempla que la flexibilización extrema o eliminación de las reservas de cabotaje puede en algunas circunstancias, en lugar de reducir los precios de los servicios, llevarlos a su desaparición.
Eso es lo que protege Japón. Eso es lo que debe resguardar Chile. La operación en rutas con mayores utilidades y/o participaciones de naves extranjeras en temporadas estacionales de alta demanda, tienden a hacer desaparecer a empresas pequeñas que tienen bajos y a veces marginales niveles de rentabilidad. En el sur de Chile hay más de 150 servicios de conectividad, de los cuales la mayoría requiere un subsidio estatal para su realización. La desaparición de operadores, tiende a producir luego, concentración.
En lugar de promover la desaparición de su bandera, en Japón y al menos en 14 países de la mayor tradición marinera, buscan incentivos para que su bandera sea competitiva frente a las de conveniencias que tienen regulaciones, costos laborales y tributarios inferiores.
Esto es lo que debe promover el Gobierno de Chile, y no incentivar la pérdida definitiva de la bandera nacional.
Hay que ir a ver cómo lo hace Japón.